Irene y Borja son una de esas parejas que el COVID no ha frenado, celebrando su amor el pasado 19 de septiembre en una ceremonia preciosa y muy especial, totalmente diferente a lo que tenían pensado.
“Fue todo super emotivo; si siempre lo es, aún más por las circunstancias y lo mucho que nos costó llegar. La incertidumbre durante el confinamiento, el miedo de ver que las cosas no mejoraban, la difícil decisión de tener que posponer para facilitar que viniesen nuestros amigos y familia de fuera de Madrid, la frustración de ver que después del verano las cosas iban cada vez a peor, la inseguridad por los cambios y restricciones semanas antes de la boda, la preocupación por posibles contagios y la pena por la gente que no pudo acompañarnos… Tras haberlo retrasado una vez, teníamos claro que queríamos seguir adelante y casarnos como fuese, aunque estuviésemos solo nosotros y el sacerdote y no pudiésemos hacer celebración. Al final fue una boda preciosa, diferente a lo que teníamos pensado, pero mucho más especial porque cada persona que vino estaba ahí para acompañarnos a nosotros y nuestras familias en el día más importante de nuestras vidas.”
Para su gran día, Irene llevó un vestido de Claudia Llagostera, zapatos de Jimmy Choo y horquillas de M de Paulet. Del peinado se encargó María de Tete a Tete y María Borbolla del maquillaje.
Su ramo era de Marengo Flores.
Se casaron en la Iglesia del Espíritu Santo de Madrid. Inicialmente se iban a casar en julio en la Iglesia de las Calatravas que habían elegido con mucho cariño pero al retrasar la boda por la pandemia, no había disponibilidad para septiembre.
La celebración posterior fue en Finca el Gasco, una finca de la familia del novio en Torrelodones. Hace años se utilizaba como sitio de celebración de bodas y eventos, y Borja lleva un par de años relanzando el proyecto con mucho esfuerzo e ilusión. Se casaron ahí sus tíos y han tenido lugar muchos eventos y celebraciones familiares importantes. No contaron con wedding planner pero el equipo de la finca, Rocio y Sofia, ayudó muchísimo con la organización y coordinación de proveedores. Del catering se encargó Albada Catering.
Dándote Ritmo se ocupó de la música e iluminación. Abrieron el baile con un vals, Voces de Primavera de Strauss. Primero con su padre y después con Borja. No pudieron hacer baile por las restricciones, pero después de comer tocó Conmesura, que son geniales y animaron muchísimo la sobremesa con flamenquito y rumbitas.
Todo el reportaje fotográfico es obra de Instantánea & Tomaprimera
Vestido: Claudia Llagostera; Zapatos: Jimmy Choo; Horquillas: M de Paulet; Maquillaje: María Borbolla; Peluquería: Tête à Tête; Ceremonia: Iglesia del Espíritu Santo; Celebración: Finca el Gasco; Catering: Albana Catering; Fotografía: Instantánea & TomaPrimera

Desde En zapatos planos, sólo dar las gracias a esta maravillosa pareja por compartir su gran día con todos nosotros.
Besos y abrazos ¡y nos vemos en el siguiente post!