Virginia y Carlos Mateo se casaron el pasado septiembre en Archidona, un pueblo de Málaga situado en el corazón de Andalucía.
Para el gran día, Virginia confió en la diseñadora Carmen Maza. Un vestido sencillo confeccionado en crep y georgette, con detalles en las mangas y en la cintura formado un péplum con un encaje antiguo de un anticuarios de París. Además, iba acompañado de una capa que caía de los hombros con aperturas en los brazos.
Como complemento llevaba un tocado joya hecho a medida en el taller de Bambary, con abalorios de troqueles de 1820, bañada en oro de 24 kilates. Los pétalos de las flores estaban engarzados con cristales soldados uno a uno con soldaduras de plata y oro. ¡Una auténtica obra de arte!
En cuanto a las joyas, lució unos pendientes de diamantes, regalo de sus suegros, y su anillo de pedida, un solitario de Durán Joyeros.
Virginia llevaba lo que para ella es una joya particular: una liga como tradición de sus amigas de la infancia que lleva grabada las iniciales de todas las que han ido casando desde 2009 y que, según la tradición, la pasan a la siguiente en la misma boda de manera especial.
El ramo de novia y toda la decoración floral la llevó a cabo Juan Carlos Vaquero, florista amigo de la familia. Todo llevaba hortensias en tonos azules y malva, eucalipto, amaranthus blanco roto simulando corales… En el ramo llevaba una Medalla de la Virgen de Gracia en oro blanco, regalo de su madre.
Del maquillaje se encargó Laura de MAC y del peinado Rocío, una amiga de la infancia.
Llevó los Tribute de Yves Saint Laurent en color rosa empolvado. Y para el baile se decantó por un modelo personalizado en rosa de Castañer, regalo de su hermana Laura.
Se casaron el 29 de septiembre de 2018 en la Iglesia parroquial de Santa Ana en Archidona, lugar con bastante sentimiento para Virginia porque es donde se han ido celebrando todos los eventos de su familia.
De la decoración floral se encargó Juan Carlos Vaquero con eucalipto, olivo y hortensias en tonos azules y malva.
El cortejo nupcial iba vestidos con peto todos con estampado de coral confeccionado por Antonio Lara, capotas de Masario y coronas de flores naturales. Los pajes entraron a la iglesia con Moon River de Desayuno con Diamantes; cuando ellos llegaron, Virginia del brazo de su padre entró al son de Yesterday instrumental. A pesar de que la iglesia estaba a tope, el silencio era asombroso.
Tras la ceremonia, se trasladaron a la Hacienda la Capilla ubicada en Antequera, Málaga. Una finca rodeada de olivos y viñedos, de la que se enamoraron de sus increíbles vistas a la Vega y la Peña de los Enamorados, su salón con cristaleras y techo de madera con artesanado mudéjar y su patio andaluz. Del catering se encargó La Manzana de Adán de Córdoba.
La decoración, impresionante, Virginia la tuvo siempre clara al igual que su vestido de novia:
Tronquitos de madera con los nombres de los invitados con musgo junto a su plato de MissSaturday, copas azules y vasos con coral azul de El Corte Inglés, bajo platos transparentes de cristal y mantelería, azul celeste en el coctel y barra libre y en el almuerzo todo blanco para realzar el colorido de los corales y las flores.
El precioso seating plan eran dos ventanales antiguos en azul con corales y delphium.
Había varios rincones de decoración, uno de ellos era un rincón con fotos de todas las bodas antiguas de familiares, otro el recibidor de los invitados con un espejo antiguo con la frase que todas las lunas sean lunas de miel y un rincón para dejar el tocado, con Audrey Hepburn como protagonista ya que para Virginia es musa de la elegancia y no podía faltar en su boda.
Virginia entregó su ramo a su hermana Laura aunque también realizó otros ramos diferentes cada uno con la temática de la boda para su madre, su suegra, su abuela y sus dos cuñadas.
Obsequiaron a los invitados con zapatillas de esparto con estampados románticos para las mujeres y étnicos para los hombres, además de pulseras solidarias de la Asociación Española contra el cáncer.
El coctel estuvo amenizado con el grupo cubano Que manera de quererte y la apertura del baile fue con Perfect de Ed Sheeran. De la música se encargó Hugo Martín Abreu y su equipo de música clásica, Yliana Labrada grupo cubano, Ipop y Soniluc.
Uno de los momentos más mágico fue una vez oscureció, se apagó la música y las luces y se lanzaron fuegos artificiales. Los invitados quedaron muy impresionados, todo se veía desde un gran balcón a la Peña de los Enamorados que ocupaba todo el lateral de la barra libre.
Juanlu Rojano fue el encargado de este precioso reportaje de boda.
Vestido de novia: Carmen Maza; Bata y camisón: Miss Camisones; Tocado: Bambary; Zapatos: Tribute de Yves Saint Laurent; Ramo y decoración floral: Juan Carlos Vaquero; Ceremonia: Iglesia parroquial de Santa Ana; Celebración: Hacienda la Capilla; Catering: La Manzana de Adán; Wedding Planners: Prusia Eventos; Fotografía: Juanlu Rojano
Desde En zapatos planos, sólo dar las gracias a Virginia y Carlos Mateo por compartir su gran día con todos nosotros
Besos y abrazos ¡y nos vemos en el siguiente post!
2 comments
No recomendaría a Juanlu como fotógrafo ya que su avaricia es igual a su timidez, se esconde detrás de la fachada de buena persona pero es falso y ambicioso.
La fotografía es espectacular. muchas gracias por el artículo