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La boda de Cristina y Kristan en Jerez de la Frontera

by @enzapatosplanos

Hace 6 años Cristina decidió visitar a su amigo Benjamin a Londres; mientras él trabajaba, ella se dedicaba a conocer la ciudad. En uno de sus múltiples paseos, en el metro, coincidió con Kristan quedándose alucinada desde el primer momento que lo vio. Su sorpresa fue que cuando bajó en su parada, escucho decir: “Excuse me, have we ever met before?”. Con la excusa de que era turista y no saber dónde ir, Cristina le pidió indicaciones y él, sin pensarlo, la acompañó pidiéndole al final del paseo una cita para esa misma noche.

Tras esa noche, Cristina volvió a España y a la realidad pensando que no podía funcionar, pero lo cierto es que nunca perdieron el contacto. Ese mismo año en diciembre, recibió un mensaje suyo y automáticamente se compró un billete de avión. En febrero volvió a Londres y desde que vio a Kristan supo que no lo podía dejar escapar volviendo a España completamente enamorada. Estuvieron un año viviendo la relación a distancia hasta que Cristina se mudó a Londres.

Un domingo de septiembre Kristan, en una de sus locuras, se presentaron en Paris, lugar especial para ellos, donde en lo alto de la  Torre Eiffel se puso de rodillas y le pidió matrimonio. 

Un mes mas tarde se embarcaron en otra de las locuras de Kristan dejando Londres para viajar por el mundo complicando un poco la preparación de su boda sin estar en un sitio fijo y tan lejos de España. Por suerte, tuvieron la ayuda de sus amigos y familia al completo, pero sobretodo la impresionante ayuda de su hermana María y su madre Mari Pepa, sin las que sin duda, esta boda jamás habría sido posible. 

El vestido de Cristina era de la firma española Pronovias al igual que el velo que llevó.

Los zapatos, regalo de su amigo Benjamin, de Jimmy Choo.

El ramo de novia fue obra de la Floristería Enea.

Juana Poyatos se encargó de la peluquería y maquillaje.

Como complementos, llevaba un pai pai de seda bordado a mano de Vietnam que Kristan le regaló. 

Llevaba su anillo de pedida y unos pendientes de oro blanco, brillantes y aguamarinas, de la Joyería de su padre, Antonio Carmona. El día que se casó su hermana, 8 años atrás, él hizo dos pendientes casi exactos, uno para que cada una de ellas lucieran el día de su boda.

Se casaron el 30 de Junio de 2018 en Jerez de La Frontera en la preciosa Iglesia de San Dionisio en la Plaza de la Asunción. Mientras entraba en la Iglesia, precedida por los pajes vestidos por Marta Ussia y coronas de las fenomenales Paz y Cruz, el trío de cuerda de Nubia tocaba“Avions en papier” de Los chicos del coro.

La posterior celebración fue en la Hacienda La Peñuela, que aunque necesita muy poco para estar preciosa, Enea hizo que estuviera espectacular. Los meseros, seating plan y demás, fueron diseñados y hechos por Cristina inspirados en el metro de Londres, pues siempre quiso hacer un guiño a como se conocieron.

Durante los aperitivos en el patio, Jesús Medina con su grupo Clave de Son hicieron disfrutar muchísimo a ritmo cubano y de bossanova, antes de pasar a la zona de la parra decorada con cientos de portavelas colgantes que le daban un toque muy romántico. Tras la cena y los discursos donde Kristan sorprendió a todos con su discurso español, pasaron a la zona de baile que estaba preciosa iluminada con sus mil bombillitas.

Abrieron el baile con “L.O.V.E” de Nat King Cole y una coreografía que Javier Bellido y su mujer prepararon y le hicieron disfrutar desde el primer día de los ensayos. Fue uno de sus momentos preferidos, quizá no fue perfecto, pero se lo pasaron fenomenal.

Del reportaje fotográfico se encargó la gran Alejandra Salido. 

Cristina quería casarse y soñaba con su boda. Lo que nunca se imaginó es qué sería tan feliz en ese día irrepetible y que contarían con tanto cariño. Cada esfuerzo mereció la pena. Para ella, como fue leído en la ceremonia:

“El amor es una locura temporal. Erupciona de repente como un volcán y luego se calma; y cuando eso sucede debes tomar una decisión. Tienes que averiguar si sus raíces se han vuelto tan entrelazadas que es inconcebible que alguna vez se aparten. Porque esto es el amor, el amor no es falta de aliento, no es la emoción, no es la promulgación de promesas de pasión eterna, eso es sólo “estar enamorado”, de lo que cualquiera de nosotros podemos convencernos de que lo estamos.
El amor en sí es lo que queda cuando el enamoramiento se ha apagado y esto es a la vez un arte y un afortunado accidente. Aquellos que realmente se quieren, tienen raíces que crecen las unas hacia las otras por debajo de la tierra y cuando todas las hermosas flores caen de sus ramas, se dan cuenta de que son un árbol y no dos.”

 

Vestido: Pronovias; Zapatos: Jimmy Choo; Peluquería y maquillaje: Juana Poyatos; Ramo: Floristería Enea; Ceremonia: Iglesia de San Dionisio; Celebración:Hacienda La Peñuela; Catering: Marian de Alcázar; Fotografía: Alejandra Salido.

Desde En zapatos planos, sólo dar las gracias a Cristina y Kristan por compartir su gran día con todos nosotros.

¡Besos y abrazos ¡y nos vemos en el siguiente post!

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