El pasado mes de julio, Marta y Javi se daban el sí quiero en la Parroquia Nuestra Señora de la Asunción, en Valdemorillo, Madrid. Desde el primer momento que vi el traje de Marta, quedé totalmente enamorada.
¡Espero que os guste tanto como a mí!
Para su gran día, la novia confió en Inés Martin Alcalde. El vestido nació de una idea que Marta tenía desde que supo que se iba a casar. Le encanta el volumen y el plumeti, así que quería que esos detalles tuvieran todo el protagonismo en el vestido.
Llevaba bordada una frase en la enagua principal: “Mi grey me llevó al altar”. Cuando era pequeña (y ahora me sigue pasando), mi padre era todo para mí, por eso le llamaba “mi rey”, pero, como no sabía pronunciar bien la ‘r’, decía “mi grey”. Hasta un rato antes de salir de casa no se lo enseñé para que fuera sorpresa. Al verlo, se emocionó mucho.
Los zapatos se los hicieron a medida en Salo Madrid, unos Mary Jane en ante azul claro. Desde un principio, tenía claro el color y el estilismo ya que cuando tenía 11 años, su madre fue a una boda en Galicia y le contó que la novia había llevado los zapatos en azul claro, así que, desde entonces, supo que, si algún día se casaba, ella también los llevaría en ese tono.
Del ramo de novia se encargó Teresa, la dueña de Verde Pimienta, una floristería de Madrid. Tenía claro que quería un ramo más bien silvestre, en tonos pastel y con alguna hortensia o peonía; las flores preferidas de Marta. Además, le añadió dos cintas de terciopelo en dos azules distintos.
Como pendientes llevaba unos brillantes muy pequeños, casi diminutos, que le parecían más elegantes, y que le regaló su suegra el día de la pedida. En cuanto a los anillos, llevaba el de pedida que le regaló Javi y un zafiro con brillantes que era de su tía abuela y que siempre le había encantado. Cuando murió, se lo quedó su madre y ella se lo dejó para el día de la boda porque sabía que le hacía muchísima ilusión.
En cuanto al peinado, Marta llevó una coleta con ondas muy abiertas realizada por Sonia Atanes. En cuanto al maquillaje, fue con Chanel, con quienes siempre nos maquillamos para las ocasiones especiales.
Los pajes, vestidos por Marta Ussía, fueron sobrinos de la pareja.
Javi se hizo el chaqué, azul marino, en FieldS, una sastrería de Madrid. La corbata de Soloio; los zapatos, de doble hebilla, de Cooper & Troy; calcetines, de The Wolf Shop y chaleco, de Silbon. Los gemelos, regalo de Marta de hace unos años por su cumpleaños, con forma de pelota y botas de fútbol, que es la gran pasión de Javi desde pequeño y que sigue siendo a día de hoy. También llevó el reloj que su madre regaló a su padre cuando ellos celebraron su pedida de mano. A Javi le hizo mucha ilusión que su padre se lo regalara y decidió llevarlo en la boda.
Se casaron la tarde del 7 de julio en la Parroquia Nuestra Señora de la Asunción, en Valdemorillo.
Al llegar a la iglesia, los cuatro pajes se colocaron delante del padrino y de Marta para empezar a andar hacia el altar y Gabriela, la hija de su hermana María y la más pequeña de los cuatro pajes, se tropezó, así que se cayó y empezó a llorar. Como en estos casos, siempre hay que ser natural, el padre de Marta y padrino la cogió en brazos e hicieron todo el camino al altar con ella así. La pobre debió pasar un mal rato, ¡pero quedó muy bonito que los tres hiciéramos el camino juntos!
La posterior celebración fue en la finca que tiene la familia materna de Javi, en Valdemorillo, La Peña. Del catering y decoración se encargó Cortés de Moraga.
Al ser en la finca de la familia, la boda fue muy cercana y personal. Cuando, en agosto de 2017, decidieron que se iban a casar, empezaron a pensar en el sitio donde celebrar la boda y, la verdad, es que a los dos les hacía mucha ilusión que fuera en la finca, sobre todo a Javi, ya que, desde que nació, ha pasado prácticamente todos los fines de semana allí. Es una finca en plena montaña y a Marta le encanta el estilo rústico, así que todo iba muy acorde a su estilo.
Como detalles para los invitados, puros para los hombres, y para las mujeres, una vela de 35 gramos de Diptyque, una de las firmas con las que trabaja la pareja en la misma empresa.
La pareja abrió el baile con la canción ‘Something Stupid’, versionada por Michael Bublé y Reese Witherspoon, junto con Rod Stewart, el cantante favorito de Marta.
Para la fiesta, contrataron un globo de helio que iluminaba toda la zona de la piscina. Algunos invitados, cuando lo veían desde la zona del cóctel, pensaban que era la luna llena… ¡Creo que fue de las cosas que más bonitas quedaron!
Del gran reportaje fotográfico y de video se encargó LIVEN Photography.
Las invitaciones las hicieron con la fundación A LA PAR, dedicada a las personas con discapacidad. Entre los trabajadores que hacen esas invitaciones, muchos tienen algún tipo de discapacidad. La imagen del forro de los sobres era el cuadro de Sorolla ‘Idilio, Jávea’, ya que el pintor Joaquín Sorolla es el tatarabuelo de Javi y querían hacerle un pequeño homenaje.
Tal y como nos cuenta Marta:
El día fue genial, todo salió muy bien, aunque, como siempre pasa, el tiempo voló, sobre todo para nosotros, así que hubo muchas cosas que se nos escapaban porque ese día estás como en una nube. Cuando nos quisimos dar cuenta, ya estábamos en el baile con todo el mundo. La verdad es que la boda fue muy divertida, sobre todo la parte de la fiesta, ya que teníamos muchos invitados de entre 25 y 35 años, así que el ambiente era la bomba.
Vestido: Inés Martin Alcalde; Zapatos: Salo Madrid; Ramo: Verde Pimienta; Peluquería: Sonia Atanes; Pajes: Marta Ussía; Chaqué: Field’s; Iglesia: Parroquia Nuestra Señora de la Asunción; Finca: La Peña; Catering: Cortés de Moraga; Grupo musical/DJ: Juancar, de White Lion; Reportaje fotográfico y video: LIVEN Photography
Desde En zapatos planos, sólo me queda dar las gracias a esta maravillosa pareja, Marta y Javi, por compartir su gran día con todos nosotros.
Besos y abrazos… ¡y nos vemos en el siguiente post!