Hace unas semanas me escribió Teresa contándome todos los detalles de su gran día. En cuanto comencé a leer y ver una de las maravillosas fotos de Alejandra Ortiz, supe que tenía que compartirla en el blog.
¡No sabéis la ilusión que me hace recibir siempre vuestras bodas!
Fran y Teresa se conocieron en la Universidad Autónoma de Madrid, en el último año de Administración y Dirección de Empresas cuando los dos acababan de volver de Eramus y les quedaban las últimas asignaturas para acabar la carrera. Coincidieron en una de las clases para hacer un trabajo en grupo y Fran siempre le pedía a Teresa que le pasara los apuntes, trabajos y prácticas hasta que un día ella le comentó que le tendría que invitar a algo y fueron a cenar. Se dieron cuenta de que tenían muchas cosas en común y un mes más tarde empezaron a salir.
En 2016, Fran organizó un viaje sorpresa a Florencia y la Toscana para celebrar el cumpleaños de Teresa y pasar el puente de todos los Santos. Y como regalo de cumpleaños, le pidió que se casara con él en un viñedo perdido en medio de la Toscana. El anillo de pedida era un solitario y lo diseñó él mismo.
“No buscó un lugar en especial, todo fue improvisado, como suele hacer él. Puedo decir que fue la mejor sorpresa de mi vida.”
A partir de ahí empezaron a pensar cómo quería que fuera su boda. Alguna que otra vez ya habían hablado del tema, pero nunca en detalle. Organizaron la boda a distancia, y afortunadamente, contaron mucho con la ayuda de sus respectivas familias.
Respecto al vestido de Teresa, la verdad, tal y como nos cuenta, lo tenía bastante claro cómo lo quería. Aprovechó las navidades para visitar varios diseñadores y al final se decantó por Valenzuela, y no podría estar más contenta con el resultado. El vestido era de crepe de seda y gasa, con detalle drapeado y encaje en la cintura y los puños y caídas de gasa en la espalda, muy sencillo, de su estilo y muy cómodo.
“Todas las pruebas que tuve fueron muy especiales, y tengo que dar las gracias a todas las chicas de Valenzuela que estuvieron en mis pruebas y en especial, a Fátima y a Cristina.“
El tocado y el velo también eran de Valenzuela Atelier.
Los pendientes eran los mismos que llevó su bisabuela, su abuela, su madre y su tía el día de su boda.
Búcaro se encargó del ramo de Teresa, compuesto de rosas inglesas, astilbe, eucalipto y cardo azul que aún conserva. En el terciopelo que sujetaba el ramo, pusieron unas medallitas en recuerdo a los abuelos de Teresa.
Los zapatos eran de Jesús Mendizábal. Quería que fueran cómodos y que luego se los pudiera poner en otra ocasión.
Karmen Losa se encargó del maquillaje y el peinado.
Tanto la madre de Teresa como su suegra iban vestidas de Miriam Gálvez Costura.
El traje de Fran era de Mansolutely y el chaleco de Anglomanía. Los zapatos eran de Meermin. Y como detalle especial, llevó los gemelos de oro de su abuelo, que le hacía mucha ilusión.
Se casaron en la Parroquia San Juan de Ribera en Madrid, donde hacía 31 años se habían casado los padres de Teresa.
Las damitas iban vestidas de Teresa y Leticia.
En cuanto a la finca, sólo visitaron 3 y eligieron El Chaparral.
“Nada más entrar, ¡nos encantó! Los jardines, la decoración, el salón, lo cerca que estaba de Madrid, etc. Y sobre todo, Silvia fue un encanto y nos ayudó en todo momento.”
De la decoración floral de la finca se encargó Búcaro y de los centros de mesa, Aquilea.
Para el resto de la decoración contaron con la ayuda de los padres de Teresa, y en especial de su madre, gracias a ella quedó todo precioso. Los dos se encargaron de hacer toda la decoración con corchos, ya que querían hacer un guiño a los viñedos: la base de los meseros, las letras T & F del bodegón, los corchos donde colocaron las tarjetas de agradecimiento y el marco del “Rincón de los recuerdos” donde pusieron fotos de todos los amigos e invitados.
Los carteles de madera los hicieron con Marta, de Lovink. Y el fotomatón con RisBox, quedaron encantados con el resultado y con su servicio.
Al final de la cena, dieron dos ramos de flores a las madres y uno a la abuela de Fran, se emocionó mucho a sus 97 años. Tuvieron un detalle con las embarazadas y Teresa entregó tres ramos: a dos amigas y a la prima de Fran.
En cuanto al baile, lo hicieron en dos partes. A Teresa le apetecía bailar el Valls con su padre porque sabía que a él le hacía también mucha ilusión. Bailaron “The Second Waltz” y luego, los novios bailaron “You never can tell” de Chuck Berry. La familia y amigos les sorprendieron con un vídeo precioso grabado por muchos de los invitados, incluso amigos que no habían podido asistir, todo un detallazo.
Y como último momento especial, en la primera parte del baile actuó en directo un grupo de música de amigos de París de estilo pop-rock (Hombres G, Pereza, Los Secretos, Los Beatles, etc). Animaron muchísimo, e inclusive los novios se subieron a cantar varias canciones.
Para el resto de la fiesta, la música la puso Dándote Ritmo.
Para las fotos contaron con Alejandra Ortiz. Tienen una amiga en común y todas las bodas que había visto de ella, le encantaban. Y a su productora, The Brightside Weddings para el vídeo.
“No hay día que no me acuerde de la boda, de lo que disfrutamos y de lo bien que nos lo pasamos. ¡Me volvería a casar todos los días!”
Vestido de novia: Valenzuela Atelier; Zapatos: Jesús Mendizábal; Ramo de novia: Flores Búcaro; Maquillaje y peluquería: Karmen Losa; Chaqué: Mansolutely; Chaleco: Anglomanía; Zapatos: Meermin; Celebración: Finca El Chaparral; Decoración floral: Búcaro y Aquilea; Cartelería: Lovink; Música: Dándote Ritmo; Fotomatón: Risbox; Invitaciones: Fundación Carmen Pardo-Valcarce; Fotos: Alejandra Ortiz; Vídeo: The Brightside Weddings
Desde En zapatos planos queremos dar las GRACIAS a Teresa y Fran por dejarme compartir un día tan especial para ellos.
Nos vemos en el siguiente post ¿Qué os ha parecido?