Enri y Cristina se conocieron en Salamanca, ciudad de origen de él y lugar donde ella estudió su carrera de Psicología. Justo el día de su último examen de carrera, una amiga de Cristina de Plasencia la animó para que saliera con ella y un grupo de amigos para desconectar y celebrar así que había terminado. Fue ese día cuando conoció a Enrique, compañero de clase de su amiga…“Después de varios años allí y justo los últimos días de mi estancia en Salamanca coincidí con el hombre de mi vida, y yo en un mes me iba a Madrid a seguir estudiando.”
Aunque tanto él como Cristina sintieron un flechazo, ninguno de los dos quiso dar el paso pero, después de un par de meses, Enri decidió escribirle y comenzaron a hablar asiduamente para entablar. Tal y como nos cuenta Cristina, fueron unos meses muy bonitos de muchas conversaciones entre los dos, hasta que un fin de semana por sorpresa Enri fue a Plasencia, ciudad de Cristina, donde ella estaba pasando unos días, fue entonces cuando le dijo que si una cosa tenía clara era que tenían que estar juntos, que lo iban a estar antes o después, que estaba seguro que lo que sentían era amor de verdad, y claro, después de esto, ella cayó rendida a sus encantos…xD
Ha sido una relación de casi 10 años antes de dar el gran paso…una relación vivida en la distancia, 9 años prácticamente separados, con muchos viajes de por medio, Madrid-Salamanca, Salamanca – Plasencia y Plasencia – Salamanca, hasta que Enri encontró trabajo en Plasencia donde Cristina ya llevaba varios años trabajando, y decidieron irse a vivir juntos….A los meses, en un momento especial sin que Cristina se lo esperara, Enri le pidió matrimonio en la plaza mayor de Salamanca.
El vestido de novia de Cristina fue obra de la diseñadora Agueda de la C. en Cáceres; después de recorrer muchísimos atelier por Madrid, Salamanca y alguno por Extremadura, dio con ella, quien le transmitió mucha tranquilidad y confianza. Le enseñó en su taller de Cáceres un tejido que le enamoró, un Richelier de seda natural de edición limitada muy muy especial…a partir de ahí comenzaron a crear ese vestido tan deseado y único. Cristina quería que fuera una combinación de tejidos; para ello, eligió el richelier para la falda y la espalda, para el cuerpo terciopelo de seda, para la cola, que era fija, una seda natural al tono del richelier, incluso el interior del vestido estaba confeccionado de tafetán porque la idea era que al levantarse el vestido se viera también una tela rica y bonita.
Los zapatos eran de Jimmy Choo, un salón clásico en tono champagne que iba a la perfección con el vestido.
Cristina quería ser una novia velada, aunque luego el viento el día de la boda le jugó una mala pasada y entró en la iglesia con el velo doblado, pero su sonrisa de oreja a oreja lo compensó…una anécdota más. El velo fue hecho a medida en Barcelona, era un tul sencillo, un poco más fino de lo normal, pero con un poco de cuerpo. Llevaba una semi corona joya de CMMAYZ (Madrid), se la hicieron a medida después de ver un diseño parecido en su atelier, que encajaba de maravilla con el diseño del vestido.
Llevaba una pulsera de oro amarillo y esmeraldas, regalo de sus padrinos de bautismo y comunión, y unos pendientes de Antonio Pernas, de oro amarillo, zafiros y esmeraldas, que le presto su hermana. En la mano llevaba el anillo de pedida (oro blanco y diamante).
Llevaba también como complemento unos guantes blancos de Guante Varade, en Madrid, para darle ese toque invernal.
Del peinado se encargó Amalia Peluqueros, y de los tratamientos de estética, maquillaje y manicura se los realizaron en el Centro de Estética Esperanza.
El ramo, lo diseñó Cristina junto con su amiga Joana de Floristería Becedas, en tonos burdeos, vinos y rosas para darle un toque más invernal, un ramo desigual con mucho verde, atado con un lazo grande de terciopelo a juego con las capitas de las niñas del cortejo y del color de las corbatas de los niños y con una cruz de oro y piedras que colgaba del ramo, que pertenece a su abuela materna que no podía acudir a la boda porque sufre una grave enfermedad y quería sentirla muy cerquita de ella.
El padre y hermano de Cristina fueron de chaqué, hechos a medida en FuenteCapala; la madre de Cristina eligió sus telas en José María Ruiz, en Madrid y se lo confeccionaron en Plasencia, su modista habitual, y su hermana se hizo el vestido en Fely Campo, diseñadora en Salamanca, su pamela era de Sister’s Tocados, y sus zapatos, impresionantes, de Valentino.
El novio iba vestido de chaqué, de ARA, en Salamanca, zapatos de Coloma, reloj regalo de su madre, chaleco elegido y hecho a medida en Sr. Chaqué, y llevaba unos gemelos de orfebrería regalo del marido de la hermana de Cristina, del rosetón de la ciudad de Plasencia.
Se casaron en la Catedral Nueva de Plasencia el 11 de febrero de 2017. Una ceremonia muy emotiva, cercana y bonita, oficiada por el primo del padre de Cristina. Dieron protagonismo al órgano impresionante que hay en la Catedral y contaron, para ello, con la Soprano Elena Rey.
El cortejo lo componían sus cuatro sobrinos, los niños vestían chaqué y las niñas, unos conjuntos diseñados por ellas. Las niñas llevaban unas semi coronas estrechas haciendo un giño a la de la novia, iban con sus capitas burdeos y sus botitas hechas a medida ideales.
El toque original lo pusieron a la salida de la Iglesia cuando se montaron en una moto sidecar verde, prestada por su amiga Patricia, que la puso a punto unos meses antes. ¡¡Fue muy divertido!!
La celebración fue en el Parador Nacional de Plasencia. Cuando llegaron al Parado, como sorpresa, el primo de Cristina, Álvaro, su amiga Mavi y Manolo, tío de Enrique, decidieron hacerles un regalo precioso, un baile regional típico tocado con gaita y tamboril, en el claustro del parador. Fue un regalo maravilloso.
Toda la decoración floral tanto de la Catedral como del Parador la realizó Viveros Sor Valentina.
De la papelería se encargó Egersis, que personalizó hasta el más mínimo detalle con un logo que les había hecho su amiga Patricia, artista, pintora, escritora y arquitecta. Hizo un diseño uniendo el botón charro y el rosetón de la Catedral de Plasencia e hizo un diseño a modo de escudo que plasmaron en las invitaciones, misales, lágrimas de alegría, conos, minutas, tarjetas de agradecimiento, de petición de canciones, carteles en mesas de firmas, de tabaco, en el seating, números de mesa, etc.
Hicieron unas tarjetas de agradecimiento personalizadas escritas a mano por ellos mismos, una a una, colocadas al lado del regalo en cada sitio de la mesa. Los sitios eran nominativos también escritos a mano, éstos por el padre de Cristina que tiene una caligrafía preciosa, igual que los nombres de las invitaciones.
Para el cóctel contrataron un grupo de Jazz, Berzosax, todo un acierto.
Contaron con Mejor a Cuchillo, los mejores cortadores de Jamón que hay en Guijuelo, y el jamón estaba delicioso, se deshacía en el paladar.
Los regalos para los invitados fueron petacas, de Tu&Yo Shop, personalizadas con el logo para los chicos y bálsamos labiales, de Ibiza Natural Soap, también personalizados con el logo para las chicas
Tuvieron un detalle con sus madres y les regalaron unas estrellas de flores preservadas con dedicatoria incluida, igual que a la hermana de Cristina, Lara, que le regalaron una L de las mismas flores por todo lo que había ayudado, realizadas por Floristería Becedas. A los padres le regalaron una lámina con la fecha de la boda y con la fecha de su boda de Muguet Shop, como el antes y el ahora. A los testigos les regalaron, también de Muguet Shop, unas láminas con las coordenadas de las ciudades de Plasencia o de Salamanca (dependiendo de dónde nacieron) con el logo. ¡Un regalo súper original! A los futuros novios les regalaron unos cuadros hechos a mano por Enrique de Playmobil, firmados y dedicados y, por último, los regalos a los futuros papis, que fueron unos patucos artesanales para sus bebes. ¡Regalos para todo el mundo!
Contaron con @lidiamartin_beauty para el beauty corner. Pusieron también una mesa de fumadores cerca de una balconada que había y cestitos con mil cosas en el baño.
Para el libro de firmas hicieron algo totalmente distinto, y fue hacer trozos de telas donde la gente que quisiera escribiera, para luego formar una colcha de pachtwork, lo colocaron en un rincón del cóctel y en otro de la barra libre.
Cristina entregó su ramo a una de sus mejores amigas, Gema, gracias a ella Cristina y Enri se conocieron. Fue uno de los momentos más especiales sonando su canción favorita de fondo.
Para el baile contaron con Santos Music y eligieron a Paco Santos, como DJ. Bailaron la canción Te Quiero Mucho, de Alba Molina.
Del reportaje fotográfico, se encargó Alicia Nacenta.
Fue una boda de invierno, de ciudad, tradicional y elegante, muy estilosa, y a la vez muy cercana, natural, espontánea y muy muy divertida, donde los invitados disfrutaron al máximo, donde se sintieron especiales y afloraron sentimientos tan bonitos como los que ese gran día se merece.
Vestido de novia: Agueda de la C., zapatos: Jimmy Choo, tocado: CMMAYZ, Guantes: Guante Varade, ramo: Floristeria Becedas, peluquería: Amalia Peluqueros, maquillaje: Centro De Estética Esperanza, ceremonia: Catedral Nueva de Plasencia, celebración: Parador nacional de Plasencia, Fotografía: Alicia Nacenta.
Espero que os haya gustado esta boda de invierno tanto como a nosotros.
Desde En zapatos planos, gracias a Cristina y Enri por todo, ha sido un placer y un honor compartir vuestra historia.
Nos vemos en el siguiente post ¿Qué os ha parecido?